¿COMPRAR VIVIENDA PROPIA Y VIVIR EN ELLA?
- septiembre 5, 2020
- Publicado por: Editor TPS
- Categoría: Vamos a comprar tu primera vivienda!

Comprar vivienda propia y vivir en ella es el sueño que todo latinoamericano desearía hacer realidad. Todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos anhelado el día en que nos entreguen las llaves de nuestra casa soñada. Incluso, si ya estamos entre los 30 y 40 años de edad, este objetivo de vida se empieza a volver una urgencia. No obstante, comprar vivienda propia y vivir en ella, en muchos casos, se puede convertir en una inversión poco estratégica.
Para nadie es un secreto que adquirir vivienda propia es la mejor inversión que todos podemos hacer en nuestras vidas. Dicha inversión nos traerá beneficios tanto materiales como inmateriales. Las emociones derivadas de comprar vivienda propia no se comparan con ninguna otra en el mundo. La seguridad, la estabilidad, la realización personal y el bienestar propio y familiar, son emociones que experimenta todo aquel que adquiere vivienda.
En consecuencia, a través de los años, el sueño de comprar casa propia y habitarla sigue intacto para muchos. Ya sea que hayan heredado este objetivo de sus padres, como vimos en el artículo anterior, o que su proyección familiar y personal los lleve por este camino. Por el contrario, para otras personas, el objetivo de adquirir vivienda más que un objetivo de vida, es un objetivo financiero. Estas personas adquieren una vivienda para aumentar su patrimonio y capitalizarlo.
Dicho esto, en muchas ocasiones, la intención de comprar vivienda propia como objetivo financiero, resulta mucho más efectiva que adquirirla para habitarla. Es cierto que no hay emoción que se compare a tener nuestra vivienda, sin embargo, pensar estratégicamente a la hora de invertir en bienes raíces es fundamental si queremos tener experiencias positivas de dichas inversiones.
La realidad de adquirir casa propia para vivir en ella
No me malinterpreten, ojalá todos pudiéramos comprar la vivienda de nuestros sueños y vivir en ella. Lo que les quiero decir es que muchas veces, resulta más efectivo adquirir experiencia previa en inversiones con un objetivo financiero por dos razones principales:
- Son menos costosas.
- El proceso es más objetivo y menos emocional
Así pues, aunque ustedes quieran comprar vivienda y este sea un propósito fundamental en sus vidas, hay una situación fundamental que deben considerar. El valor de la vivienda propia suele ser mucho más alto que el valor de una vivienda que compremos como inversión. La razón es que cuándo pensamos en nuestra propia vivienda, queremos tener mejores condiciones en términos de espacios útiles, distribución, diseño y decoración, que la propiedad que compraríamos como inversión.
Por ejemplo, un proyecto estándar VIS (Vivienda de interés social) está constituido por una propiedad entre 30 y 60 metros cuadrados, dos habitaciones, sala-comedor, un espacio auxiliar para la sala de televisión y un balcón pequeño. En ese orden de ideas, cuando pensamos en la casa de nuestros sueños, aspiramos a un lugar mucho más amplio que este ejemplo que les acabo de dar.

Por esa razón, desde mi experiencia como inversionista en bienes raíces, sé que las personas que desean adquirir vivienda propia y habitarla, buscan apartamentos de al menos 80 metros cuadrados, con buenas habitaciones, sala de televisión, un balcón más grande y un estudio. Por otra parte, si en vez de un apartamento quieren invertir en casa, esta última se suele ser con zonas verdes, jardín y varios pisos.
Soñar y pensar en grande está bien; sin embargo, debemos tener en cuenta que hacer nuestra primera inversión para adquirir vivienda propia y habitarla, suele ser más costoso y menos estratégico que adquirirla como negocio.
Lo bueno de adquirir casa propia para vivir en ella
Comprar una casa propia para habitarla no se compara con nada en el mundo. Desde mi propia experiencia puedo decir que esa sensación no tiene precio. La ilusión de vivir en un espacio propio y en la ubicación deseada, sumada a la emoción de recibir las llaves el día de la entrega y ver la felicidad en la cara de tu familia, es la mejor experiencia que una persona se pueda permitir vivir.

Esta emoción, que quizá pueda ser una de las más grandes en la vida de una persona, es uno de los aspectos más positivos que se deriva de comprar vivienda propia para vivir en ella. Por otra parte, al adquirir casa, también estamos capitalizando un patrimonio muy importante que nos va a traer beneficios en el largo plazo.
Si partimos del principio de que comprar una vivienda para habitarla resulta más costosa que comprar una vivienda destinada a un objetivo financiero, lo más lógico es que a raíz de esa inversión, el patrimonio que vamos a capitalizar sea mucho más grande que al hacer otro tipo de inversión.
En ese orden de ideas, si hablamos de capitalizar al largo plazo, comprar vivienda propia para habitarla sería la inversión más importante que pudiéramos hacer en nuestras vidas. No obstante, debemos estudiar bien los plazos de los créditos hipotecarios y el valor de las cuotas mensuales en este tipo de inversiones. Precisamente en este último aspecto es que muchas personas suelen equivocarse.
Lo malo de adquirir casa propia para vivir en ella
Lo malo de comprar vivienda propia para vivir en ella tiene que ver, fundamentalmente, con que los presupuestos son mucho más elevados. No es lo mismo pagar un apartamento de 150 millones de pesos a pagar uno de 300 millones. Lo anterior hablando de Cali o Medellín. Porque en Bogotá, debido al valor del metro cuadrado, la inversión de primera vivienda suele rondar los 400 – 500 millones de pesos.


Como les dije anteriormente, si ustedes no estudian bien los plazos de los créditos hipotecarios y el valor de las cuotas mensuales, fácilmente pueden caer en una trampa mortal: volverse esclavos de un crédito hipotecario. Digamos que ustedes compran una vivienda de 400 millones de pesos, pagan la cuota inicial (el 30%) que son 120 millones. Seguidamente, realizan el crédito hipotecario por el 70% restante del valor, 280 millones de pesos. Con un crédito por ese valor, las cuotas mensuales serán de alrededor de 3 millones de pesos además de los más de 9 millones de ingresos que debemos demostrar.
En ese sentido, pagar una cuota tan alta por los siguientes 15 años, se puede convertir en una experiencia bastante agotadora y traumática para muchas personas. El sueño se podría convertir en pesadilla. Adicionalmente, sumémosle a lo anterior que esta sea nuestra primera experiencia de compra de vivienda, ¿qué podríamos esperar de ella? Esta agotadora experiencia nos quitaría las ganas de invertir en el futuro en bienes raíces.
Adicionalmente, si pagamos una cuota de tres millones de pesos, es muy poco probable que podamos tener la capacidad de adquirir una segunda vivienda, nuestro flujo de caja siempre estará ajustado. Por consiguiente, adquirir vivienda para vivir en ella como primera inversión, puede derivar en estancamiento y frustración.
Esta es la razón por la que yo siempre sugiero que la primera vivienda no sea la de vivir. Es más, ni la segunda, ni la tercera, ni la cuarta. Después de la cuarta, si tendríamos la suficiente experiencia y capital para comprar la casa de nuestros sueños para vivir.
Que te sugiero hacer
Antes de invertir en la casa donde queremos pasar el resto de nuestras vidas, te sugiero evaluar si es mejor primero hacer una inversión de menor cuantía, que te permita construir un patrimonio de 40 o 50 millones de pesos en un periodo de 2 a 3 años, mientras tenemos una experiencia vivencial.


Vivir el proceso de adquirir una vivienda no es algo que se deba tomar a la ligera y con certeza va a involucrar varios aspectos de tu vida. Te apropiaras de este reto y buscaras todos los medios para materializar este sueño, y con la experiencia adquirida de cada inversión tendrás mejores criterios para continuar.
Siempre podrás encontrar mejores opciones de inversión, tasas de interés más bajas, y tu estrategia será más precisa y efectiva, como ya les compartí, debemos evitar a toda costa que el sueño de tener vivienda se convierta en una pesadilla.
Por ejemplo, la cuota inicial de un apartamento de 150 millones de pesos se puede pagar en dos años y es una inversión que resulta mucho más fácil de pagar. Sin contar, que el crédito hipotecario será de menor valor y por lo que tendremos la capacidad de poder adquirir otra vivienda con mejores condiciones en el mediano plazo. Esta inversión es una experiencia totalmente diferente a quedarnos pagando cuotas de 3 millones durante 15 años.
Las inversiones en bienes raíces deben partir del estudio minucioso de todas las posibilidades. No se cierren a una sola intención de compra y, lo más importante, asesórense bien. Como les he venido diciendo en mis artículos anteriores, las inversiones en bienes raíces son las inversiones más seguras y estables que una persona pueda realizar en su vida. Sin embargo, esto no quiere decir que estemos exentos de hacer un mal negocio o de comprometernos en una inversión que no nos convenía.
Investiguen, estudien, sean curiosos y no se queden con la primera información que reciban. Y como siempre les pregunto: Si no es ahora ¿cuándo?
Camilo Pérez García / #SiNoEsAhoraCuando
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